The year of the cat

En silencio, la nocturna oscuridad se apodera de todo. Una calle vacía, la luz de una farola da un poco de calidez a una fría noche invernal. Sólo se oye al fondo unas cuantas voces y el maullar de un gato callejero, que salido de quién sabe dónde aparece delante de mi. Se para un instante, me mira como estudiando cual va a ser mi movimiento y, aburrido, vuelve a su camino sabedor de que no hay que temer a alguien que tiene una cámara en la mano.

Seguí también yo mi camino recordando los acordes de una canción que hacía mucho tiempo que tenía olvidada y que hasta esa noche no tuvo mucho sentido para mi: The year of the cat. Aún hoy, trazos de esa canción se cuelan en mis pensamientos y creo que le añaden alma a esta foto...

Espero que os guste tanto como a mi...

Su último tren

Allí plantada, una señora con su bolso agarradito, mirando el panel de horarios de salidas de los trenes, mirando atentamente. Ya ha pasado las barreras por lo que la vuelta atrás es dificil. Quizás ese tren no salga nunca o sea un tren hacia ninguna parte... ¿será quizás su último tren?

Se Vende

Se vende pequeña embarcación. Tiene muchos viajes y paseos a sus espaldas, con ella ha viajado mucha gente. Los niños se lo pasan estupendamente jugando a ser marineros. Para principiantes y jóvenes lobos de mar, soñadores y parejas de enamorados buscando su destino más allá del horizonte de los sueños se hará un pequeño descuento. Está ya viejita y algo destartalada, pero su alma marinera permanece a flote.

Solo y acompañadas

En ésta fotografía hay dos maneras de pasear por Talavera, sólo y acompañadas. Dos formas muy distintas, uno, solo, con sus pensamientos y otras acompañadas, dando un ligero paseo veraniego, quien sabe hablando de qué, quién sabe pensando en qué... quizás conversando del camino que se ha vivido o de los planes que surgen en el camino que está por vivir.

También podría hablar de una tercera forma de pasear por Talavera, para mí todo un reto y que cada vez me lleva por un camino diferente aún paseando por los mismos caminos: pasear con mi cámara de fotos, sea la que sea...

Mirada triste, corazón apagado.

Mírame, míranos... parece querer decirme con su mirada triste y corazón apagado ese perrito que no se separa de su fiel amigo de batalla, alegrías y, ahora, tristeza, cansancio, desgana y abandono. Tumbados en una simple manta y un cartón para intentar que el frío del suelo llegue hasta sus agotados huesos. 

Quien sabe si tienen dueño, quien sabe si todos los días tienen un "plato" donde comer o si quiera si por la noche tienen un hogar que les dé calor, pero lo que si parece seguro es que donde vaya uno irá el otro.

Visita dominical

El Domingo a parte de ser día de fiesta, para mucha gente, sobre todo en los pueblos, es día de visita, pero no para saludar ni para conversar si no para rezar, meditar, llorar y añorar a los seres queridos que ya no se encuentran entre nosotros.

Llevar unas flores frescas, limpiar los nichos, recordar momentos buscando entre los recuerdos los momentos más agradables es otro modo de empezar un día de visita dominical.

Hacia ningún lugar.

Nacemos, crecemos, aprendemos, vamos haciendo nuestro camino según nuestras vivencias. Cada persona es un mundo y hay un mundo en cada persona y en cada uno de los mundos hay muchos, algunos llegan e igual que llegan se ván, otros se quedan y a otros les dejamos quedarse como si una  fuerza de atracción impidiera que se separaran de nosotros.

Aunque a veces, en ese ir y venir de mundos, en ese camino en vez de aprender, desaprendemos y creemos que nuestro camino nos lleva hacia ningún lugar.