El Domingo a parte de ser día de fiesta, para mucha gente, sobre todo en los pueblos, es día de visita, pero no para saludar ni para conversar si no para rezar, meditar, llorar y añorar a los seres queridos que ya no se encuentran entre nosotros.
Llevar unas flores frescas, limpiar los nichos, recordar momentos buscando entre los recuerdos los momentos más agradables es otro modo de empezar un día de visita dominical.